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La toma de decisiones y el exceso de opciones. Tómate tu tiempo

    Hay artículos e investigaciones que dejan huella y, pasados unos años, siguen siendo una referencia y un apoyo importante para posteriores trabajos. Ese es el caso del artículo escrito por Kathleen D. Vohs, Noelle M. Nelson, Roy Baumeister, Brandon J. Schmeichel, Jean M. Twenge y Dianne M. Tice en 2008 titulado: Making Choices Impairs Subsequent Self-Control: A Limited-Resource Account of Decision Making, Self-Regulation, and Active Initiative.

    Lo tenía guardado desde hace tiempo y, ahora que vuelvo a leerlo, no puedo por menos que compartirlo.

    El artículo comienza con dos frases que invitan claramente a la lectura completa del documento:

    The rich complexity of human social life is partly attributable to choice. Each day millions of people make multiple decisions.

    Con estas dos afirmaciones ya tenemos mucho que pensar acerca de aquello que hacemos cada día, bien para nosotros mismos o para otros.

    choices

    Nos enfrentamos continuamente a numerosas opciones. Voy en coche, en autobús o en metro: pago en metálico o con tarjeta: me tomo una cerveza o un agua, mando este correo ahora o mañana. Sin entrar en decisiones mas trascendentales como elegir una carrera, viajar a otro país o dejar el trabajo por una novia en Argentina.

    Está claro que tener opciones siempre es bueno. Pero cuando ese número de opciones es elevado, nuestro esfuerzo para tomar decisiones es mayor y, en consecuencia, puede que lleguemos a ser menos productivos o que nuestra capacidad para tomar la decisión acertada se reduzca considerablemente. Cuántos días dices eso de: ¡No he dado pie con bola! (no exactamente esta frase pero algo parecido).

    En el diseño también. Lo decía Edward Tufte y lo recordaban en UsabilityPost:

    Good design is about choice, and choice isn’t just about saying ‘yes’ to that one thing, it’s about saying ‘no’ to everything else, too.

    Si estás diseñando en estos momentos, deberías saber que tus decisiones sobre millones de opciones van a provocar un resultado. Ese resultado no siempre estará sustentado en el consciente mas absoluto e incluso se puede producir a partir de una pequeña cantidad de información que extraemos de la experiencia (la experiencia de elegir).

    De hecho, es posible que aquello que hayas diseñado se pudiera haber diseñado de otras mil maneras posibles sin que por ello tu resultado final sea mejor o peor. Es el tuyo. Al fin y al cabo, no siempre hay respuestas simples o soluciones únicas a un mismo problema.

    En el mercado hay cientos de coches y, a pesar de tener todos ellos una gran cantidad de elementos y piezas en común (volante, palanca, pedales, freno de mano, warning, etc) su diseño nos permite elegir, tomar decisiones de compra e incluso saber qué coche nos gusta mucho y qué coche no podemos ni ver. Esto demuestra que los detalles son importantes y que cada decisión de un equipo de diseño puede generar reacciones muy variadas en nuestros gustos y preferencias.

    El mejor consejo que siempre he escuchado es el de «tómate tu tiempo», acompañado de otras frases célebres como «respira profundamente», «date un paseo a ver si te despejas», «déjalo para mañana que ya verás como es otro día», etc. Esa sí que es la mejor decisión. No tener prisa, no arrepentirse y no lamentar tus decisiones.

    Apresurarse, sentir la presión de cerca o no tomarse el tiempo que corresponde, solo por satisfacer a esos mismos que te presionan, inevitablemente va a derivar en una mala decisión.

     

    8 comentarios en «La toma de decisiones y el exceso de opciones. Tómate tu tiempo»

    1. Me gusta lo de «No tener prisa, no arrepentirse y no lamentar tus decisiones»

      El post y el artículo que recomiendas me recuerda a Barry Schwartz y su libro «The paradox of choice», si no lo conoces te lo recomiendo, habla sobre la libertad de elección y cómo en lugar de hacernos mas libres nos hace paralizarnos y dejarnos insatisfechos.

      1. César no he leído el libro pero sí he visto el vídeo con la presentación de Schwartz. Me parece muy bueno. Thanks por recordarlo.

    2. Inspirador Sergio. Gracias por compartirlo. Hay mucha más materia profunda en lo que comentas, pero se ve que has hecho el ejercicio de no darnos demasiadas opciones 🙂

      Abrazo!

      1. Juan, a mi en el cine me pasa(ba) una cosa que supongo tú también habrás vivido. Cuando había muchas butacas libres mis amigos y yo tardábamos un montón en sentarnos. Así nos iba, que cuanto más tardábamos, más butacas perdíamos porque la gente era más rápida y no se lo pensaba tanto. Luego llegaba el «te lo dije, era mejor allí».
        ¿Otra forma de entender que a lo mejor no hay que pensárselo tanto?. ¿Dependerá de las consecuencias, del valor de nuestra decisiones y de la capacidad para tomarlas?.
        En fin, como dices, mucha mas materia profunda pero, de momento, puedo decir que he obtenido mejores resultados del «piano piano» que del «quickly» 🙂

    3. Lo siento pero esta vez no estoy de acuerdo con la parte de tomarte tu tiempo 🙂

      Mi conclusión a tu fantástico artículo sería: Evalua las principales opciones, NO TODAS y después de un breve tiempo de reflexión haz lo que te digan tus tripas, me explico.

      Hace tiempo leí este artículo Do We Know What We Like? (http://whywereason.com/2012/02/26/do-we-know-what-we-like/) en el que se argumenta como nosotros no tomamos decisiones como seres racionales, sino que razonamos nuestras decisiones. No decidimos lo que nos gusta, decidimos lo que razonamos que nos debe de gustar.

      Como seres humanos tenemos una limitada capacidad de decisión, cosa más que demostrada en infinidad de estudios, como el ya famoso «The Magical Number Seven, Plus or Minus Two» (http://en.wikipedia.org/wiki/The_Magical_Number_Seven,_Plus_or_Minus_Two) Cuando no somos capaces de tomar una decisión debido al alto número de opciones que se nos presentan entran en juego nuestras decisiones emocionales, por eso tenemos sentimientos y emociones, no podemos esperara a analizar todas las decisiones que debemos de tomar, así que la opción más lógica desde el punto de la biología es automatizarlas… Si veo un león corro… Esa será nuestra decisión y estamos programado para ello.

      El problema es lo poco conscientes somos de lo programados que estamos para tomar decisiones. Por poner un ejemplo , también famoso, la decisión de donar nuestros órganos una vez que fallezcamos pueden ser fácilmente manipuladas por la presentación de la misma pregunta… Para esto cualquier video de Dan Airely http://www.youtube.com/watch?v=9X68dm92HVI o su libro «Predictably Irrational» es fantástico a la vez que divertido.

      De todas formas, el mejor es este campo es Barry Schwartz y su The paradox of choice… DEMOLEDOR http://www.ted.com/talks/barry_schwartz_on_the_paradox_of_choice.html

      Sorry si me he puesto pesado… Me encanta el tema y me ha gustado mucho tu artículo 🙂

    4. Pingback: A vueltas con la toma de decisiones | sortega

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