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La experiencia y las diferentes percepciones del tiempo

    Steve Taylor nos cuenta en su libro Making time: Why Time Seems to Pass at Different Speeds and How to Control it que cuando éramos niños el tiempo pasaba lentamente y que a medida que envejecemos parece que se acelera. Es decir, la percepción del tiempo en la infancia es muy diferente a la que se tiene cuando se es adulto.

    En las primeras etapas de nuestra vida el tiempo pasa muy despacio y tienes la sensación de hacer muchas cosas durante el día. Una vez superas una edad determinada todo sucede mas deprisa y el tiempo se convierte en tu enemigo del día a día.

    Prueba a escribir la fecha de hoy y entenderás de qué se trata. Parece que fue ayer cuando escribías 2005 o 2008. Incluso no hace tanto que llevas escribiendo 2012 y solo quedan cuatro meses para terminarlo (entiéndase esta interpretación desde el lado mas optimista, si es posible). En este caso, a la explicación de Taylor tenemos que sumarle nuestra tendencia a percibir los acontecimientos recientes como más remotos de lo que son, y de percibir los acontecimientos lejanos de forma más reciente de lo que son (telescoping effect).

    Taylor plantea incluso la existencia de dos vidas en el ser humano. Una hasta los 5 años y otra el resto de la vida. Su razonamiento es que en nuestros primeros 5 años experimentamos tantas cosas y de una manera tan intensa que podría superar a los 70,80,90… años restantes.

    No hay duda que algo afecta a esta forma tan cambiante de entender y percibir el tiempo. El profesor William Reville, de la University College Cork, escribía hace unos días en irishtimes.com un artículo titulado Why does the return journey feel quicker? donde planteaba que esas modificaciones perceptivas están asociadas a variables como, por ejemplo, la cantidad de información que procesamos, el tipo de experiencia vivida, el número de experiencias nuevas que vivimos a cada momento o a la forma que tenemos de afrontarlas.

    Los viajes de regreso parecen más cortos que los viajes de ida, dice el profesor Reville. Pero todos sabemos que si ese viaje de regreso es en avión, con turbulencias o con condiciones climáticas adversas, el tiempo se alarga enormemente.

    And now, a little homework. Using the attentional gate model of prospective timing, explain why “a watched pot never boils”, why earthquakes feel longer than they are, and why the “return trip” always feels shorter.

    La existencia de un tiempo único y absoluto, coincidente para diferentes observadores, viene a ser un argumento poco sólido cuando se piensa en Einstein y la teoría de la relatividad. De acuerdo con dicha teoría, nuestra percepción del espacio-tiempo es relativa y está sujeta a diferentes variables y circunstancias. De esta manera, entendiendo que todo depende de «observadores»/percepciones y contraviniendo los presupuestos de la mecánica clásica, ¿podríamos controlar el flujo del tiempo, alterarlo, aprender a dominarlo y expandirlo o contraerlo desde nuestro interior cambiando la forma que tenemos de experimentar cada momento de nuestra vida, de nuestra realidad?.

    Pon tu mano sobre una estufa caliente durante un minuto y te parecerá una hora. Siéntate junto a una chica bonita durante una hora y te parecerá un minuto. Eso es la relatividad. [Albert Einstein]

    En boingboing.net también hacen una referencia al escrito del profesor Reville y a sus planteamientos sobre la duración del tiempo con un post titulado The neurobiology and psychology that connect summer vacation with your morning run.

    Time is relative. Remember how each day in grade school (especially summer days) seemed to last for an eternity? Ever notice how it seems to take forever to travel a new route on your bike, while the return trip along the same path is done in the blink of an eye?

    La cantidad de información que podemos procesar o la cantidad de información que nuestra memoria es capaz de almacenar puede que tenga mucho que ver en esto, por lo menos si lo enfocamos desde las teorías de la percepción.

    Cuando somos niños acumulamos una gran cantidad de información sensorial que se extiende en el tiempo y lo «alarga», lo «estira», haciendo que nuestras experiencias sean intensas, duraderas. Todo nos sorprende, nos llama la atención y nos resulta fascinante. Sin embargo, de mayores ya no son tantas las cosas que nos sorprenden. Los edificios son edificios, un hormiguero es un hormiguero y sabemos que por las noches puede haber luciérnagas pero ya no las prestamos atención. Nuestras experiencias comienzan a ser familiares, habituales, rutinarias.

    Por deducción, nuevas experiencias, nuevos retos, novedades y cambios en tu vida harán que el tiempo «vaya más despacio» y vuelva a alargarse como cuando éramos niños. Otra idea que plantea Taylor es aumentar «los tiempos conscientes» de nuestras experiencias. Recuperar nuestros momentos de extrañeza y asombro por las cosas aparentemente mas insignificantes o vivir el presente con intensidad capturando mas información y prestando mas atención a nuestro entorno.

    Bajo un planteamiento diferente, el profesor Philip George Zimbardo, autor del conocido experimento de la prisión de Stanford, también ha dedicado buena parte de sus estudios científicos a describir nuestra percepción del tiempo a partir de diferentes perspectivas sociales o culturales. Para este profesor emérito de psicología, la perspectiva que tengamos del tiempo determina e influye en nuestra personalidad, en nuestras relaciones o en nuestra forma de enfrentarnos al mundo.

    Sus estudios son muy interesantes aunque van mucho mas allá del propósito de esta reflexión. Aun así, no dejes de ver el divertido vídeo de Zimbardo donde hace gala de sus fantásticos argumentos sobre el tiempo y los husos horarios.

    [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=A3oIiH7BLmg[/youtube]
    RSA Animate – The Secret Powers of Time

     

    2 comentarios en «La experiencia y las diferentes percepciones del tiempo»

    1. Hola,
      Quería comentar un proyecto relacionado con el tiempo y la forma en la que percibimos. se trata de un proyecto hecho en NOTAM (Norwegiam center for technology in music and the arts) en este proyecto realizan la audición de la Novena de Beethoven, pero en vez de 90 minutos a lo largo de 24 horas.

      Se trata de cambiar un solo parámetro, el tiempo, para demostrarnos como nuestra percepción se ve alterada de manera radical. Aunque parezca algo friki (lo es), ha sido todo un éxito. Incluso ha habido una representación en el Wats: On? 2011, del Carnegie Mellon University.

      – Aquí os paso un enlace al proyecto: http://www.expandedfield.net/

      – Y aquí un enlace para escuchar 10 minutos de la Novena alargada (muy recomendable): http://www.xn--lyf-yla.com/9sounds/9BSstart.mp3

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